«Rocketman» es la nueva cinta dirigida por el británico Dexter Fletcher, productor de la polémica «Bohemian Rhapsody». Con un terreno ya pavimentado por Freddy Mercury sacia la sed del público por más trabajos biográficos de estrellas de rock. Sin embargo, en esta ocasión, Fletcher logra la magia y fascinación que la biopic del vocalista de Queen no tuvo. Ya que se nutre de las cualidades del pop que otros musicales se niegan a disfrutar.
El cine como escape terapéutico
La película se levanta como un ejercicio terapéutico para Elton John. La narración comienza con el protagonista (interpretado por un magistral Taron Egerton en su mejor actuación a la fecha) en una mesa redonda de un psiquiátrico. Vistiendo un traje anaranjado con alas y cuernos revela sus adicciones: drogas, sexo, compras, alcohol.
Es así como el primer tercio se ocupa de la niñez del artista contándonos la historia con sus padres y sus inicios en la música. De cómo un tímido niño pelirrojo con problemas de aceptación se convirtió en un prodigio de la música. En medio de los caprichos de su madre, el tajante rechazo de su padre y el incondicional apoyo de su abuela sale a flote por su excepcional vena musical.
Para la segunda parte, la historia se centra en su ascenso a la fama. Desde su etapa como pianista de jazz hasta su afortunada amistad con Bernie Taupin; colaborador y mejor amigo de toda la vida. Es en ese momento del metraje donde, con una clara honestidad, el autor muestra los excesos del cantante. Sexo, fama, drogas, alcohol, corazones rotos, desencantos familiares y amistosos.
Es de admirar la honestidad con la que Elton John cuenta su propia historia. El cantante fungió como productor y, lejos de ablandar algunos pasajes de su vida. Somos testigos de una estrella con inseguridades y deficiencias sentimentales. En ningún momento se justifica o trata de aleccionar al espectador. Lo dice con toda franqueza: «lo disfruté».
Las actuaciones de todo el elenco son correctas y profundas, aún cuando sean personajes secundarios. Pero es Taron Egerton quien se roba el show. Capturando la esencia del cantante e interpretando él mismo las canciones. Sin duda, una interpretación llamativa que seguramente obtendrá varios reconocimientos a fin de año.
Rocketman, el musical
Pero Rocketman no es una biopic convencional. El director se da tantas libertades con el material original que muchos datos pueden no ser ciertos. Lejos de incomodar o restarle méritos a la cinta, el autor embellece cada fotograma con música, baile, colores y lentejuelas. Pues la biografía de una personalidad como Elton John no podría ser un drama familiar lleno de excesos. Este es un musical exagerado, llamativo, hipnotizante y cautivador. Ahí donde «Bohemian Rhapsody» falló y temió ir más allá, «Rocketman» rompe los límites descaradamente. Entregando no solo una biopic fiel al espíritu de Elton John, sino fiel al espíritu de su música y su puesta en escena. El pop es entrañable, empalagoso e irresistible.