El aprendizaje basado en retos se puede aplicar a la vida

Dentro del marco laboral de la actualidad, el éxito implica una capacidad para actuar y proponer soluciones. Dado que se trata de un ambiente que cambia constantemente y, por ende, poco definido, interactuar en situaciones no rutinarias, sintetizar procesos de trabajo, tomar decisiones responsables y trabajar en equipo son tareas indispensables.

No permanecer de pasivo ante este panorama es crucial, y para ello hay que saber encarar la realidad. Esa cualidad, además, requiere de valores, habilidades, capacidad sólida de aprender y bastante actitud.

Incluso, para ser este tipo de personas, hay que tener cierta dosis de innovación, de audacia, poseer o forjar habilidades de interacción e intercambio de ideas.

Al fomentar este tipo de actitudes y aptitudes, el aprendizaje basado en retos se vuelve funcional.

¿De qué se trata este tipo de aprendizaje?

Es un enfoque pedagógico que involucra a los participantes de manera activa, intelectual, creativa, emocional, social y fisicamente en una situación real.

Dicho de otra manera, su metodología se basa en la teoría de “aprender mientras se hace”. Lo que se busca, principalmente, es resolver retos pero también, algo más grande. Aprovechar la innovación, la gestión emocional, el pensamiento creativo y ser proactivos.

Esta filosofía permite desarrollar el juicio y razonamiento críticos. Propiciar la curiosidad para formular preguntas y proponer soluciones reales a través del desarrollo de criterios, analizar situaciones y establecer conclusiones.

Dicho lo anterior, se trata de una experiencia redonda, donde la colaboración contribuye al aprendizaje mediante el pensamiento crítico, la comunicación y la toma de decisiones.

¿Es recomendable?

La respuesta es afirmativa. Se basa en las siguientes observaciones.

  • Cuenta con participación activa. Hay lugar para las preguntas, la reflexión, el análisis y las soluciones.
  • En la toma de decisiones se vuelve imprescindible la suma de experiencias, la iniciativa y la responsabilidad.
  • La confianza y la gestión de conflictos son las bases del trabajo colaborativo.
  • Para que la comunicación funcione con esta metodología, es primordial generar empatía. Esto se logra a través de la iniciativa y el entusiasmo.
  • Las situaciones reales obtienen un enfoque práctico para generar motivación e interés.
  • Se da una importante cuota de protagonismo y sensibilización. Se “aprende a aprender” mediante la búsqueda de soluciones.
  • Aquí el trabajo en equipo es primordial, porque permite una retroalimentación. Se aprende a escuchar y fomentar una conexión emocional.
  • Como de desarrolla en un aprendizaje vivencial, se convierte en una experiencia abierta, participativa y estimulante.
  • Además de visualizar lo que funciona, permite ver las áreas que pueden evolucionar, es decir, lo que es necesario cambiar.
  • A causa de lo anterior mencionado, potencia estrategias en el ámbito de las emociones como la regulación, la asertividad y empatía.

El aprendizaje generado se vuelve de calidad porque está sustentado en su utilidad, su factor de transformación y su simbolismo. Sobre todo, porque puede aplicarse en la vida de manera orgánica.

Esto se debe a que, al trabajar de manera colaborativa, las posibilidades se incrementan de manera exponencial.

El aprendizaje basado en retos no es infalible. Se puede salir avante o fallar. Lo esencial está en que uno no debe quedarse con dudas.

Lo esencial está en que uno no debe quedarse con dudas

La fórmula de aplicación sería más o menos como la que sigue.

RETOS + METAS + HERRAMIENTAS + EMOCIONES + COOPERACION = RESULTADOS

Es vital recordar que el aprendizaje se da cuando se favorece la observación creativa de la realidad. Incluso, cuando se provocan las preguntas correctas y no cortar de tajo ideas. Se debe valorar el error en la misma medida que se favorecen los por qué por encima de los porque sí.

Al día de hoy, fomentar la creatividad es también alimentar el esfuerzo y la perseverancia. Porque el esfuerzo que compensa o que motiva lo hace porque abre puertas.

Como la vida, el aprendizaje es un reto permanente. Eso debe hacerlo interesante y emocionante.

Hay que ser claros. Se trata de demostrar el talento sin pedantería. Contribuir sin que recompensa sea lo principal. De escuchar antes de opinar. Tratar de entender distintas perspectivas. De compartir conocimientos. Explorar y preguntar. Motivar la conversación. De multiplicar esfuerzos. De buscar mejorar.

También hay que recordar, nunca subestimar el poder de la amabilidad.

Fuente: Ined21