La construcción de las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos está llena de misterios. Uno de las preguntas que surgen es la de cómo lograron alinearlas con semejante precisión. Sin embargo, un arqueólogo cree haber dado con la explicación.
Las cuatro caras de las tres pirámides están alineadas de manera casi exacta con los cuatro puntos cardinales. Cada una de ellas sólo presenta un error de desviación de sólo 0.66 grados.
Eso es de llamar la atención, ya que las dimensiones de esas obras arquitectónicas invitan a pensar en grandes dolores de cabeza. Sobre todo tomando en cuenta la tecnología de la época.
Las dimensiones de esas obras arquitectónicas invitan a pensar en grandes dolores de cabeza
Por ejemplo, la gran pirámide tiene por lado una longitud de 138.8 metros. Entonces, ¿cómo se hicieron con semejante precisión?
Esas cuestiones siguen sin responderse hoy en día. La razón principal de este hecho es porque gran parte de las técnicas de construcción de los egipcios eran secretas.
Esto ha llevado a distintos arqueólogos a formular distintas hipótesis para aclarar el misterio. Incluso, algunas teorías suponen el uso de la estrella polar, o sombra proyectada por el sol, para orientar la estructura. Sin embargo, no es del todo convincente.
El ingeniero y arqueólogo Glen Dash tiene una idea más simple, y parece, más certera. Aunque no es nueva, él la sustenta con datos y la ha practicado con éxito. Se trata de aprovechar el equinoccio de otoño.
Los equinoccios son dos momentos del año cuando el Sol se sitúa en el ecuador celeste plenamente. Al alcanzar la parte más alta del cielo, la intersección con el plano ecuador es perfecta.
La técnica ha sido probada por el arqueólogo y parece funcionar
Siendo así, esta hora del día se vuelve la ideal para tomar medidas si lo que se desea es alinear un edificio.
Usando el gnomon, que básicamente es un palo alargado y clavado al suelo, se puede medir el recorrido de la sombra.
Marcando distintos puntos a medida que la sombra se movía durante el equinoccio, formaron un arco perfecto. Al final, sólo tuvieron que unir dos de los puntos con una cuerda para obtener la línea este-oeste.
La técnica ha sido probada por el arqueólogo y parece funcionar. Incluso, da una explicación acerca del error de 0.66 grados. Indica que es un ligero fallo debido a la técnica empleada.
Con respecto al día exacto del equinoccio, el arqueólogo da como bueno el día 91 después del solsticio de verano.
La única contrariedad que existe con respecto a esta teoría, aunque encaja perfectamente y hace sentido, es que al momento no hay un dato histórico que la avale.
Hasta que no exista tal prueba, lo único que queda es seguir teorizando.
Fuente: Science Alert