El duelo es el proceso psicológico que se produce tras una pérdida, una ausencia, una muerte o un abandono. Es diferente para cada persona. Se pueden sufrir diferentes síntomas emocionales y físicos como: ansiedad, miedo, culpa, confusión, negación, depresión, tristeza, shock emocional, etc.

El dolor por la pérdida se puede experimentar no solo por la muerte, sino cada vez que en la vida tenemos una experiencia de interrupción definitiva de algo, de pérdida, de distancia que no podrá ser cubierta. La experiencia emocional de enfrentarse a la pérdida es lo que llamamos elaboración del duelo, que nos conduce a la necesidad de adaptación a una nueva situación.

El duelo se trata de una herida y, por tanto, requiere de un tiempo para su cicatrización.

En el proceso de duelo se distinguen varias fases que hay que superar, aunque ello no significa que en todos los casos aparezcan todos.

Etapa de la negación: la persona no cree que la pérdida sea real, es consciente de forma racional pero no existen las emociones asociadas.

Etapa de la ira: es una etapa donde la persona cuestiona la existencia, sus creencias y se plantea la pérdida como una situación injusta. El sentimiento de rabia invade esta etapa.

Etapa de la negociación: esta etapa se puede dar antes de la pérdida en caso de tener un familiar con enfermedad terminal. La persona afectada busca todos los medios necesarios para que no se produzca la situación temida. Es uno de los mecanismos de defensa que se pueden activar.

Etapa de la depresión: los sentimientos de tristeza, incertidumbre, vacío y dolor invaden a la persona. Son sentimientos necesarios, que, aunque la persona piense que van a perdurar siempre, nos preparan para aceptar la situación.

Etapa de la aceptación: la persona empieza aceptar la pérdida, a comprender y a entenderla como parte de la vida, ya sin tanto dolor. Reubicamos el dolor de perdida y aprendemos a vivir con ello.

El duelo es patológico o no resuelto: Se da cuando después de un tiempo la persona sigue teniendo los mismos síntomas.

El duelo elaborado adecuadamente mejora las capacidades futuras para enfrentarse a las situaciones de pérdida, frustración o sufrimiento.

¿Cuándo debo de pedir ayuda?

La duración del duelo es variable, eso significa que pueden pasar meses e incluso años. La mayoría de las personas elaboran el duelo de manera adecuada, pero existen otras que no lo logran.

Cuando perdemos a alguien importante, un trabajo, etc., sentimos profunda tristeza, impotencia, miedo y es totalmente normal. Cuando estos síntomas acaban apoderándose de la persona de manera que aparece un fuerte sentimiento de culpa y auto reproches pueden llevar a esta a un estado de depresión.

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