Los neurotransmisores y su efecto

Los neurotransmisores son como un mensajero químico que transporta, aumenta y equilibra las señales entre las neuronas o células nerviosas y otras células del cuerpo. Estos mensajeros químicos pueden afectar una amplia variedad de funciones físicas y psicológicas. Como la frecuencia cardíaca, el sueño, el apetito, el estado de ánimo y el miedo.

Miles de millones de moléculas de neurotransmisores trabajan constantemente para mantener el funcionamiento de nuestros cerebros. Lo administran todo. Desde la respiración hasta el latido del corazón. El aprendizaje y los niveles de concentración.

Cómo funcionan los neurotransmisores

Para que las neuronas envíen mensajes a todo el cuerpo, necesitan poder comunicarse entre sí. Sin embargo, las neuronas no están simplemente conectadas entre sí. Al final de cada neurona hay una pequeña brecha llamada sinapsis y, para poder comunicarse con la siguiente célula, la señal debe poder cruzar este pequeño espacio. Esto ocurre a través de un proceso conocido como neurotransmisión.

El poder de los pensamientos

Los pensamientos en realidad son proteínas que el cuerpo produce llamados neurotransmisores. El estrés en sus diversas formas como la mala alimentación, las neurotoxinas, la predisposición genética o las drogas afectan tu estado óptimo.

De la misma manera que los nutrientes y las toxinas tienen la capacidad de adherirse a las membranas celulares y hacer que los genes se expresen de cierta manera. Los pensamientos también tienen el potencial para hacer esto. Se llama epigenética.

Los pensamientos, ya sean buenos o malos, producen proteínas llamadas neurotransmisores, que circulan por el cuerpo y se adhieren a las membranas celulares. Estas hacen que las células se expresen. Los buenos pensamientos son buenos para la salud.

Al generar resistencia en su cuerpo, tanto física como mentalmente cambia la forma en que sus genes se expresan. Lo que es aún más interesante es que la expresión genética es heredable y puede transmitirse a las generaciones futuras. Al final, los buenos pensamientos no sólo te ayudan a ti, sino a las nuevas generaciones. 

Fuente: Sydney Holistic