En las últimas semanas y, de manera anticipada, México ha sido azotado por diversos fenómenos naturales que han provocado lluvias intensas a lo largo de su territorio. Pero, ¿cómo se forma un huracán? Un ciclón tropical que es capaz de causar daños importantes. A continuación, te contamos cómo surge y qué elementos son esenciales para su formación sobre las aguas que rodean a nuestro país.
Este año en el Océano Atlántico la temporada de huracanes se prevé que sea entre el 1 de junio y el 30 de noviembre. Y según informa la NOOA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) de los Estadios Unidos, será superior a lo normal, en comparación con años anteriores. Esto ha provocado, entre otras cosas, un récord de lluvias intensas en junio en la Ciudad de México, acumulando 337 millones de metros cúbicos de agua por la precipitación pluvial.
¿Cómo se forma un huracán?
Es un tipo de ciclón tropical, un sistema de baja presión con fuertes tormentas y vientos que giran en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio norte. Se forma sobre las aguas cálidas del océano y es capaz de causar daños significativos debido a sus fuertes vientos, lluvias intensas y sus tormentas eléctricas.
Un huracán se forma a partir de las aguas cálidas del océano, en donde el aire cálido y húmedo se eleva y se enfría, formando nubes y liberando lluvia. Este aire en ascenso crea una zona de baja presión, que atrae más aire cálido y húmedo, alimentando el sistema y provocando que gire en un patrón circular. Este patrón se debe a la rotación de la Tierra y cuando los vientos alcanzan velocidades superiores a los 119 km/h, se considera que es un huracán.
Los huracanes son motores gigantes que se alimentan del calor y la humedad del océano, y su formación es un proceso natural que ayuda a mantener el equilibrio térmico de la atmósfera.
Medidas de prevención durante la temporada de huracanes
- Se debe asegurar techos, ventanas y puertas, sellando cualquier grieta o agujero
- Se deben retirar objetos sueltos del exterior que puedan ser arrastrados por el viento como muebles de jardín o macetas
- Limpiar desagües para evitar inundaciones
- Tener siempre a la mano un kit de emergencia con agua embotellada, alimentos no perecederos, medicamentos, linterna, radio, etc.
- Participar en simulacros de evacuación y conocer posibles rutas de escape y puntos de encuentro (refugios temporales)
- Apoyar a vecinos y familiares
- Monitorear constantemente las alertas meteorológicas a través de medios oficiales
- Conservar ecosistemas que actúen como barreras naturales
Es importante recordar que los huracanes pueden afectar tanto a zonas costeras como tierra adentro, por lo que la preparación es fundamental para reducir daños y proteger vidas. Estar informados y cooperar son la clave para una respuesta efectiva ante estos fenómenos naturales.
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