“Sin importar el tamaño de la ciudad o pueblo donde nacen los hombres y mujeres, ellos finalmente, son el tamaño de su obra, de su voluntad de engrandecer y enriquecer a sus hermanos”. (Ignacio Allende)

Nacida en Guadalajara, Katya Echazarreta se trasladó con sus padres de México a San Diego cuando tenía siete años, en busca de mejores cuidados para su hermana con parálisis.

Pero fue a la edad de cinco años cuando en su primer viaje en avión su cabeza se comenzó a llenar de preguntas, desde las tópicas como por qué el cielo es azul hasta quienes habitan más arriba de esa esfera donde hay nubes y aves.

Echazarreta relata una anécdota sobre la primera vez que subió a un avión, “Mi mamá narra una historia muy graciosa sobre la primera vez que me subí a un avión. Íbamos de camino hacia Tijuana (Baja California) para comenzar todo el proceso de migración. Recuerdo estar muy angustiada, me daba miedo que le fuéramos a pegar a un angelito, pero el piloto salió de cabina y me explicó que el cielo es muy grande y hay aire, que nada malo iba a ocurrir. Solo así paré de llorar”

Es claro que Katya era una niña llena de curiosidad, pero sus primeros años fueron complicados, tuvo que aprender inglés mientras comenzaba su educación primaria.

Relata que un punto a su favor es que le encantaba aprender de todo, pese a que el salón era su lugar feliz, durante su primer año sufrió de acoso escolar por no poder entender a sus compañeros y maestros.

Pero para su segundo año, mientras cursaba el cuarto grado, ya estaba leyendo y escribiendo más en inglés, aun que no al nivel de sus compañeros.  Para el sexto grado ya redactaba, conversaba y leía como una estudiante de octavo grado.

Katya se interesó desde muy joven por las herramientas de construcción, legos y autos, separándose así del estereotipo marcado al genero femenino.

Se abrió paso en una carrera “dominada por hombres”. Asistió al San Diego City College por tres años, donde fue nombrada estudiante del año y formo parte de la Sociedad Internacional de Mujeres Ingenieras, fue mentora de matemáticas, ingeniería y logros en la Ciencia (MESA).

Más tarde se trasladó a la Universidad de California (UCLA) para concluir su grado como ingeniera electrónica.

Katya menciona que no fue un proceso fácil, desde complicaciones económicas hasta complicaciones familiares. Trabajo en McDonald´s para costear sus gastos, en una rutina bien elaborada donde después de dejar a sus hermanos se iba a su primer empleo, luego al segundo y se hacia el tiempo para hacer sus tareas, por tres dormía de entre dos a tres horas.

Pese a que en la UCLA le otorgaron dos becas para continuar con sus estudios se enfrento a discriminación por ser mexicana y mujer, pero pese a todas estas complicaciones Echazarreta concluyo finalmente sus estudios e inicio una maestría en ingeniería eléctrica y computacional en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore.

En su currículum figura también su pasantía en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA o Jet Propulsion Laboratory, en Pasadena, donde después fue ingeniera de tiempo completo.

Participó en cinco misiones, incluidas Mars Perseverance Rover y el viaje de Europa Clipper a Júpiter. Aunada a esta racha triunfal, igual es conocida por ser presentadora de la serie de YouTube Netflix IRL y como Electric Kat en Mission Unstoppable, un programa producido por la CBS.

Es así como Katya Echazarreta se convirtió en la primera mexicana en viajar al espacio y la mujer más joven en hacerlo, a través de la empresa Blue Origin en la misión Shepard NS-21.

Menos de 80 mujeres han ido al espacio y menos de tres docenas han sido negras, indígenas o latinas, de un total de 600 personas que se han aventurado al espacio.

La propia Katya ha explicado que para ella fue una oportunidad para: “Guiar a las niñas y mujeres que buscan a alguien que haya experimentado lo que ellas están pasando. Espero alentar a las niñas y mujeres a alcanzar sus objetivos STEM para que juntas podamos eliminar esas barreras”.

Es gracias a esta gran hazaña que ha sido homenajeada con su propia Barbie.

Todo esto la ha motivado a impulsar un incipiente programa espacial mexicano, lucha por qué el gobierno mexicano le dé prioridad y otorgue poderes a la Agencia Espacial Mexicana. De acuerdo con la Cámara de Diputados, se aprobó el dictamen con proyecto de decreto que reforma los artículos 28 y 73 de la Constitución Política, en materia de regulación de actividades en el espacio ultraterrestre, esta reforma tiene dos objetivos; el primero es lograr que la industria espacial sea prioridad para el desarrollo nacional; el segundo es facultar al congreso para que pueda legislar en materia.

Otro de los proyectos de Echazarreta es lanzar una serie de campamentos de verano dirigido a jóvenes de nivel secundaria, con el objetivo de inspirarlos, motivarlos y enseñarles las oportunidades que existen en la industria espacial.

Katya Echazarreta es una mujer que inspira a otras niñas y mujeres a alcanzar sus sueños. Es sin duda una mexicana que pone en alto a México y nos llena de orgullo.