Se conoce con el nombre de cubismo a un movimiento artístico del siglo XX que irrumpió en la escena artística europea en 1907, marcando un fuerte distanciamiento respecto a la pintura tradicional y sentando un precedente vital para el surgimiento de las vanguardias artísticas.

Su estilo característico explora una nueva perspectiva geométrica de la realidad, mirando los objetos desde todos los puntos de vista posibles, lo cual fue una ruptura con modelos pictóricos vigentes desde el Renacimiento.

El término “cubismo” no fue propuesto por los propios pintores, sino por el crítico Louis Vauxcelles, el mismo que en su momento puso nombre al fauvismo, quien luego de acudir a una exposición de Georges Braque (francés, 1882-1963) afirmó que sus obras “reducían el paisaje y el cuerpo humano a insípidos cubos”, y procedió entonces a hablar del cubismo.

Al respecto afirmaría luego el pintor español Pablo Picasso, considerado máximo exponente del movimiento, que “Cuando hacíamos cubismo, no teníamos ninguna intención de hacer cubismo, sino únicamente de expresar lo que teníamos dentro”.

A pesar de lo que su nombre pueda sugerir, el cubismo no consiste en pintar a través de cubos. Por el contrario, el cubismo reconoce y abraza la naturaleza bidimensional del lienzo y renuncia a la tridimensionalidad, tratando más bien de representar en sus pinturas todos los puntos de vista posibles de un objeto, de manera simultánea.

Al hacerlo, revolucionaba los preceptos vigentes en la pintura desde la antigüedad, razón por la cual se considera al cubismo como la primera de las vanguardias artísticas.

Las pinturas cubistas, así, carecen de profundidad, ofrecen múltiples puntos de vista (en lugar de uno único), y suprimen la mayoría de los detalles de los objetos que representan, a menudo reduciéndolos a un mismo rasgo: los violines, por ejemplo, se reconocen únicamente por sus colas.

Al mismo tiempo, el género de pinturas del cubismo no podría ser más convencional: bodegones, paisajes, retratos. Pero a diferencia del impresionismo y del fauvismo, se los pinta con colores apagados: grises, verdes y marrones, sobre todo en su primera época.

El máximo exponente del cubismo fue el español Pablo Picasso (1881-1973), a quien se le asume como fundador de la estética y primer cultor de su estilo. Sin embargo, otros artistas reconocidos por su obra cubista fueron los franceses Georges Braque (1882-1963), Jean Metzinger (1883-1956), Albert Gleizes (1881-1953) y Robert Delanay (1885-1945), y los españoles Juan Gris (1887-1927) y María Blanchard (1881-1932).

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