Takashi Murakami, polifacético artista que trabaja en escultura, pintura, grabado, instalación… Es llamado «el Andy Warhol japonés», un apodo de lo más simplista, que aun así explica un poco su arte. Porque Murakami es puro Pop. Se basa en la cultura popular y la utiliza como herramienta. De hecho, sus típicos personajes son hoy en día un icono de pop en sí mismos.
Takashi Murakami nació y creció en Tokio en los 60. Su objetivo era llegar a trabajar en la animación o el manga y por ello estudió en la Tokyo University of the Art, especializándose en Nihonga, el estilo tradicional de pintura japonesa.
Con la tradición en mente, empezó a interesarse por estilo más contemporáneos. Un viaje a Nueva York hizo que bebiera de influencias del arte americano. Empezó así a crear un arte de esencia japonesa, pero con enormes y evidentes influencias occidentales.
También empezó a centrarse en la cultura popular, esa baja cultura frente al arte de alto nivel, como es el caso del otaku (anime y manga). Nace así el Superflat.
El arte Superflat se caracteriza por contornos gruesos, colores planos y una falta de perspectiva y profundidad tridimensional. En el arte japonés, las composiciones planas se encuentran a lo largo de la historia, desde las estampas ukiyo-e del periodo Edo hasta el anime contemporáneo. Murakami acuñó el término “Superflat” (que quiere decir “superplano”) en 2001 cuando curó una exposición itinerante del mismo nombre. La exposición presentaba el trabajo de 19 artistas contemporáneos (incluido Murakami) que creaban piezas con la estética “plana” del arte tradicional japonés al tiempo que hacían referencia a la superficialidad de la cultura consumista de Occidente.
Murakami empieza a mostrar una mirada crítica al consumismo y el fetichismo sexual (que prevaleció tras la occidentalización de la cultura japonesa de la posguerra), la neurosis capitalista, la repetición, la distorsión…
Murakami crea sus propios personajes como el Sr. Dob, una especie de autoretrato, las flores repetidas que llenan toda la superficie, imágenes budistas, o dibujos hipersexualizados.
El artista juega también con las escalas, y suele crear obras de gran tamaño, o series de la misma pieza en pequeño formato.
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