La Comic Con Internacional de San Diego es el evento más importante en cuanto a convenciones de cómics y se celebra cada año desde 1970 en el sur de California. Lo que comenzó como un pequeño proyecto llevado adelante por Shel Dorf, Ken Krueger y Richard Alf, hoy se ha convertido en una de las grandes citas del mundo del entretenimiento que, además de los cómics, abarca otras áreas como los videojuegos y el cine.
En 1970, tres fanáticos de la ciencia ficción, el cine y los cómics llevaron a cabo la primer mini-convención en el hotel Golden State bajo el nombre de San Diego’s Golden State Comic-Minicon. Dicho evento duró un día y tuvo como objetivos recaudar fondo y generar interés para formalizar una convención más grande a futuro.
El éxito fue tan rotundo, que el mismo año la convención volvió a presentarse en San Diego, pero con una duración de tres días, se llamó San Diego’s Golden State Comic-Con. Este evento contó con presencias notables como Ray Bradbury, Jack Kirby y A.E van Vogt.
Por el año 1972 la convención había vuelto a cambiar de nombre, San Diego’s West Comic-Con, para en 1973 establecerse definitivamente como San Diego Comic-Con. Ya para este año, la convención no solo giraba en torno al cómic books, sino que se extendió a la literatura fantástica y el cine. Este formato perduraría hasta 1995, año en el cual el evento adquiere proyección internacional, convirtiéndose en lo que hoy conocemos como Comic-Con International: San Diego.
Las actividades y eventos que se realizan en la convención han variado muchos en estas cuatro décadas, no obstante, existen algunas actividades que se mantienen como rasgos identitarios de la convención. Un ejemplo claro es el concurso de disfraces, lo que empezó como un detalle meramente pintoresco derivó en el concurso principal de la convención, denominado Masquerade Competition.
Otro elemento central de la Comic-Con son las conferencias, generalmente agrupados en paneles temáticos conformados por guionistas, especialistas, dibujantes, coloristas, editores, actores, y otros. Por supuesto que la llegada de figuras tan importantes como Stan Lee generan automáticamente la demanda masiva de autógrafos, por lo que la Comic-con también preveé un lugar para que los fanáticos puedan llevarse la firma de sus artistas favoritos en sus libros de cómics.
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