La cacofonía visual puede ser la mejor manera de describir esta exposición de abstracción geométrica. Ya que es organizado por Alexis Fabry y Hervé Chandès para la Fundación Cartier. Southern Geometries es una conversación abierta y no dirigida entre obras. Representa diversas culturas y geografías desde México hasta Tierra del Fuego en Argentina.
Es una exposición colectiva que “celebra” el uso de la geometría tal como se usa en la estética indígena y popular. Desde la era prehispánica hasta la época contemporánea. Plantea importantes cuestiones sobre las implicaciones históricas y culturales de las interacciones entre estética y el diseño.
El museo
La sede de la exposición es la Fondation Cartier diseñada por Jean Nouvel. Esto es un “cubo blanco” arquetípico que se presenta como una caja de vidrio casi transparente. Sus paneles de vidrio geométricamente dispuestos acentúa las habitaciones en el interior y el parque en el exterior. En 1994, se extendió la fachada de vidrio sobre la terraza del techo del museo. Las paredes de vidrio crean planos de vidrio extra altos en el jardín de flores silvestres.
Este diseño permite que cualquier exposición se deslice hacia el parque contiguo y viceversa. El edificio es una serie refractiva de superposiciones de cielo, árboles y árboles reflejados. La distorsión del interior y del exterior es un atributo importante, ya que Southern Geometries usa la arquitectura del edificio como un medio para mejorar.
La exposición
Hay tres grandes intervenciones en la exposición. Dos son de arquitectos visitantes, el boliviano Freddy Mamani y el dúo paraguayo Solano Benítez y Gloria Cabral. Proporcionan un contexto arquitectónico para observar casi 6.000 años de arte con influencia geométrica. Es así como la tercera intervención es una colección de más de 20 obras electrónicas de Gego. La subestimada artista germano-venezolana, cuyas obras, casi anti-geométricas, están intercaladas en la exposición.
De esta forma, los arquitectos Solano Benítez y Gloria Cabral construyeron una instalación proto-brutalista en la planta baja del edificio. Lo que permite a los visitantes contemplar el jardín de la Fundación, maximizando la naturaleza de la arquitectura.
Usando paneles de ladrillos, tejas y concreto destrozados. Utilizan el conocimiento y las habilidades de la mano de obra local para reciclar los materiales locales en formas arquitectónicas. Así, como dice Benítez, “No estamos haciendo algo sorprendente con la tradición arquitectónica”. Ellos, se centran en la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente.
Fuente: Forbes