El proceso de escribir un ensayo generalmente comienza con la lectura de un texto. En este sentido, la opinión personal del escritor puede entrar ocasionalmente en nuestro ensayo. Sin embargo, nuestro trabajo depende de nuestras propias observaciones y conocimientos.
Es así como los ensayos académicos comienzan con una lectura detallada de algún tipo de texto. Aunque generalmente se hacen trabajos sobre textos escritos, también se puede hacer sobre pinturas, películas o eventos. Cuando cierras la lectura, observas hechos y detalles sobre el texto.
Puedes centrarte en el contexto que rodea al tema o al texto en su conjunto. El objetivo debe ser identificar todas las características sorprendentes del texto. Incluidas las características retóricas, los elementos estructurales, las referencias o culturales. Hacer estas observaciones constituye el primer paso en el proceso de la lectura atenta.
Lectura con un lápiz en la mano, y anotar el texto
Anotar significa subrayar o resaltar palabras y frases clave, cualquier cosa que le parezca sorprendente o significativa, o que genere preguntas, así como hacer anotaciones en los márgenes. Cuando respondemos a un texto de esta manera, no solo nos obligamos a prestar mucha atención. Sino que también empezamos a pensar con el autor acerca de la evidencia. Esto es el primer paso para pasar de lector a escritor.
Es importante buscar patrones que se repiten a lo largo del texto. Estos pueden ser repeticiones, contradicciones o similitudes. Para responder algunas de nuestras propias preguntas, tenemos que mirar hacia atrás en el texto y ver qué más está pasando.
La importancia de la lectura
Leer textos es importante para la investigación y para satisfacer el anhelo de conocimiento. Puede ser un tema de importancia científica o un tema de importancia histórica o filosófica, que varía según el gusto de la persona. Este tipo de hábitos disciplina la mente y la entrena para el pensamiento crítico y original.
La lectura amplía la visión. En cierto modo es un sustituto del viaje. No es posible viajar tanto como uno quisiera y la lectura puede llenar el vacío creado por la falta de viaje.
Fuente: Harvard College