No hay persona que no haya padecido de problemas de concentración. Y, hasta cierto punto, es entendible debido al ritmo de vida que se lleva en la actualidad. Sobre todo, en las ciudades.
La falta de concentración puede suscitarse debido a distintos factores y afectar en actividades cotidianas. Constantemente estamos realizando tareas que requieren de niveles importantes de concentración, aunque no lo parezca. Leer, trabajar, estudiar, hacer ejercicio o algo tan simple como seguir el hilo de una conversación son claros ejemplos de ello.
La concentración es una habilidad inherente al ser humano, y también de otras especies, mediante la cual focaliza sus recursos cognitivos hacia un estímulo o acción. Explicado de otra forma, el entorno queda parcialmente desatendido en aras completar una acción.
Esta capacidad se relaciona directamente con el grado de motivación personal. La concentración resulta mucho más sencilla cuando se desea o se gusta de realizar algo.
Pero aún cuando haya una dosis de motivación importante, a veces hay factores externos que no permiten una concentración adecuada.
Ésto puede devenir en múltiples problemas. A priori, pudieran no parecer graves, pero lo serán en la medida en que se acumulen e impidan una relación adecuada con el entorno.
A continuación se enlistan una serie de recomendaciones para evitar, o en su defecto, combatir la falta de concentración. Estos consejos te pueden ayudar a tener un mejor desempeño en cualquier ámbito de la cotidianidad, sobre todo en el escolar.
- Descanso. Casi siempre se trata del punto más importante, pero el que más se deja de lado. Tomar las horas necesarias de sueño ayuda a mantener la mente descansada y sana. Es fundamental para tenerla despejada y receptiva diariamente.
Todos, en algún momento, han padecido de problemas de concentración
- Minimizar el estrés. Mantener un estrés constante, y en altos niveles, merma la capacidad de concentración. El ejercicio y la relajación son esenciales para disminuirlo. Practicarlos de manera regular es recomendable.
- Planificación. Aunque depende de cada individuo, aquí puede aplicar perfectamente la regla en la que se deja lo más sencillo para el final. Y es que conforme avanzan las horas, la capacidad de concentración va disminuyendo. Esta y la técnica Pomodoro son bastante recomendables, aunque como ya lo dijimos, depende de cada persona.
- Priorizar. Lo que es urgente y necesario es indispensable hacerlo primero. Todo aquello que no lo es se puede ir repartiendo a lo largo del día.
- Evitar distractores. Liberarse de todo aquello que represente un foco de distracción es básico. Dejar un rato las redes sociales, silenciar el móvil o pedir silencio son válidos, siempre y cuando no sean imprescindibles para las actividades que se realicen.
- Hacer ejercicios de concentración. Aunque esto es más para personas que ya tienen un problema serio en su capacidad de concentración, cualquier persona puede intentarlos. Se pueden buscar en Internet ya que hay bastantes y variados, por el momento puedes echarle un vistazo a éstos.