El presupuesto utilizado para desarrollar un videojuego generalmente permanece fuera del ámbito público. Sin embargo, cuando esa discreción se pierde, la cifra que sale a la luz puede ser impactante.
Juegos como Grand Theft Auto o Call of Duty, por ejemplo, son muy populares en el mercado actual. Su popularidad radica en su complejidad a distintos niveles, por lo tanto tardan más tiempo en desarrollarse. De esa manera, entre más tiempo lleve su desarrollo, más caro cuesta.
De acuerdo con el libro Blood, Sweat and Pixles, que trata sobre cómo se hacen los videojuegos, grandes compañías no revelan su presupuesto para desarrollarlos.
Sin embargo, algunos estudios consultados coinciden en la cifra de US $10,000 por desarrollador mensualmente. La cantidad no corresponde únicamente al salario de dicho profesional. Ella encierra gastos generales como el alquiler de las oficinas, seguros, incapacidades, equipo, entre otros.
Incluso, puede haber algunos títulos que sobrepasen esa cuota. Eso depende, a veces, de otros factores. Por ejemplo, si las oficinas están en una ciudad cara.
Entre más complejo sea un juego, a distintos niveles, más tiempo tarda en desarrollarse y más caro su costeo
Si se hace un cálculo somero con esa cantidad, por ejemplo, para desarrollar un juego en 18 meses con tan sólo cinco personas, el total da la cantidad de US $900,000.
Cada que el equipo y el tiempo vaya aumentando, el presupuesto lo hace en consecuencia. Entre más grande sea el “mundo abierto” del videojuego y más detalles tenga, más personas y tiempo se van necesitando.
Casos como los de Red Dead Redemption 2, Destiny 2 o Super Smash Bros. Ultimate, involucran equipos de al menos 400 personas.
Para ese tipo de juegos se necesitan de tres años de desarrollo, como mínimo, más tiempo de pruebas. El dinero invertido puede alcanzar la cifra de US $144,000’000. Eso, sin hablar de la comercialización, distribución, empaque y publicidad.
Lo cierto es que esa puede ser sólo una cifra de aproximación mínima, ya que muchos están creados por varios estudios simultáneamente. Así, el equipo puede llegar a ser de miles de personas. Tan sólo basta con ver a todos los que aparecen en los créditos finales.
Dicho todo lo anterior, es por eso que resulta demasiado caro crear un videojuego. Tal situación genera, a la vez, que las compañías que los desarrollan sean tan volátiles.
Quizá, y dado el contexto actual de la economía, la industria de los videojuegos pueda resultar insostenible en algún momento del futuro.