El talento es el resultado que surge de transformar una capacidad en una competencia. Es decir, se trata de trabajar las capacidades naturales de cada quien para convertirlas en algo sistemáticamente desarrollado.
En resumidas palabras, pasar de ser alguien novel, en cualquier actividad, a ser un experto. Que la capacidad llegue a su máxima expresión, la excelencia.
Cuando se reconoce a alguien talentoso, se suele describir su excelente capacidad como algo innato. Sin embargo, es algo metafórico. Lo que sucede en esos casos es que su talento se desarrolló de manera rápida y adecuada.
Esto fácilmente se puede aplicar para cualquier capacidad natural. Las capacidades cognitivas se van desarrollando desde una edad temprana, y atraviesan las mismas etapas en todas las personas.
La diferencia, como ya se mencionó, está en que esas capacidades alcanzaron un nivel de conocimiento y razonamiento de forma más anticipada que los demás.
Las capacidades cognitivas se desarrollan desde una edad temprana, y atraviesan las mismas etapas en todas las personas.
En ese sentido, la practica y el entrenamiento, el trabajo duro, son también medios necesarios para convertir una capacidad en una competencia.
Las personas que destacan en sus ámbitos es porque hicieron un esfuerzo continuado y reiterativo. No obstante, los que tienen más capacidades lo harán de una forma más ágil.
Por ello que es preponderante desarrollar el talento para que florezca. Lograr esto requiere de ciertos pasos.
Lo primero es identificarlo. No sólo están las bellas artes y los deportes, hay muchos otros aspectos y disciplinas en la sociedad como para ceñirse a esos dos.
No hay que perder de vista una sentencia clara y precisa. El talento que no se cultiva, se pierde.
Fuente: Ined 21