Existen muchos consejos que se dan a alguien cuando va a rentar un departamento.
Ya sea en solitario o acompañado, los sugerencias más comunes suelen ser las de probar las tomas de agua, la instalación eléctrica y probar las ventanas.
También los hay más exigentes. Dentro de éstas se encuentran las de visitar el complejo en diversos horarios para medir el nivel de ruido o preguntar a algunos inquilinos si les gusta habitar el lugar.
Varios de estos consejos parecen poco factibles. En ocasiones no se dispone del tiempo para realizar esas actividades. Lo usual es decidir si uno se quedará con el departamento después de una visita de 15 minutos.
Muchos de estos consejos parecen poco factibles, porque no se dispones del tiempo para realizarlos
Incluso se toma esa decisión sabiendo que, de no hacerlo, hay muchas personas en fila esperando de manera impaciente por tomarlo. Sólo están esperando la oportunidad de hacerlo.
De acuerdo con diversas anécdotas sobre esa visita en particular, existen unas preguntas que podrían ser muy útiles en para ese momento.
- ¿Durante cuánto tiempo ha sido alquilado el departamento?
Además de dar algo de qué hablar con la persona que muestra el departamento, es probable que al terminar de responder, lo que diga después será muy interesante.
Esta pregunta podría equipararse al típico “háblame de ti” en una entrevista de trabajo.
- ¿Los demás inquilinos llevan mucho tiempo aquí?
Dependiendo de la respuesta se podrá intuir si la mayoría de los vecinos son estudiantes, personas mayores, familias o profesionales jóvenes.
Además, la forma en que responda podrá decirnos mucho del casero o administrador.
- Este edificio admite mascotas, ¿cierto?
Aquí el chiste radica en que, cualquier cosa que diga, vaya bien con uno con respecto a ese tema.
Lo usual es decidir si uno se quedará con el departamento o no después de una visita de no más de 15 minutos
- ¿De qué servicios hay que hacerse responsable y cuánto y cómo se pagan?
La probabilidad de que te respondan esto de manera certera es bastante alta. En caso de que no sea así, es posible que sea una señal de alerta.
Si no tiene a la mano los rangos de los precios, de inmediato sabrás que no contempla mucho las experiencias cotidianas de sus inquilinos.
- Suponiendo que aparece una fuga de agua, ¿cómo funciona el mantenimiento?
Un “tenemos a una persona que se encarga de eso, llámalo y el te puede ayudar de inmediato” puede sonar aliviador. Un “solucionamos la mayoría de los problemas en 24 horas, llena el formulario y alguien del equipo acudirá a ayudarte”, no tanto.
- Sé que el edificio es antiguo, ¿de qué tipo de animales debería preocuparme?
Formular esa pregunta, reconociendo las condiciones del inmueble es una buena manera de crear empatía. De esta forma se podría haber más apertura a la hora de responder.
- ¿Cómo funciona el tema de la basura?
Conocer cómo hacen el manejo de los residuos es algo fundamental. Dejarlo claro desde el inicio te podrá hacer ver si se convertirá en una tarea que implique un esfuerzo extra.
Como por ejemplo, salir a un anexo al complejo de departamentos. O separar la basura orgánica en contenedores especiales.
- ¿Cómo es la dinámica del estacionamiento?
Averiguar si el departamento cuenta con lugar propio o si hay que estacionarse afuera. En caso que sea así, ver qué tan lejos y qué tan segura es la zona.
- ¿Qué sucede cuando los inquilinos reciben correo o paquetes?
Si sueles pedir paquetes por internet lo más probable es que quieras que permanezcan sanos, salvos y accesibles. Sea cual fuere la solución que te den, asegúrate de que vaya bien contigo.
El meollo de formular preguntas abiertas es dar la oportunidad al propietario de seguir hablando
Si bien no son infalibles, a través de las respuestas podremos obtener información valiosa. Así podremos darnos una idea en general de lo se puede esperar del inmueble.
El meollo de formular preguntas abiertas es dar la oportunidad al administrador o propietario de seguir hablando. De esta manera, es seguro que descubrirás todo lo que quieres saber.