Muchas personas suelen decir que no pueden aprender por su propia cuenta. Entre otros motivos que generan esta expresión se encuentra que no tienen la motivación para o que necesita de alguien que le presione.
Es desafortunado escuchar comentarios como este, ya que el aprendizaje autónomo juega un papel importante en el desarrollo personal.
Estudiar por cuenta propia representa la oportunidad de avanzar más rápido, gestionar de mejor el tiempo propio, así como adaptar el aprendizaje a actividades determinadas.
Aunque las ventajas de aprender por cuenta de uno mismo son importantes, pero el verdadero aprendizaje no sucede si uno mismo no actúa. La propia persona es la que debe buscar las relaciones entre lo que se lee, lo que se hace y la realidad.
Mediante dicha búsqueda se podrá retener mejor la información. Dicho de otra manera, el aprendizaje sucede por uno mismo. No es que pase por fuera y luego se adhiera a las personas.
Estudiar por cuenta propia representa la oportunidad de gestionar mejor el tiempo propio
No es apresurado decir que aquellos individuos que no pueden estudiar por su cuenta es por falta de objetivos. Probablemente se deba a una ausencia de búsqueda personal o de motivos que los impulsen a vivir.
En ese sentido hay que ubicarse uno mismo. Se trata de poner la existencia propia al servicio de las metas y objetivos.
Todas las actividades que hacemos generalmente tienen prioridades definidas, están tan presentes que a veces ya no las reconocemos. Para eso es fundamental hacerse la pregunta de si se vive para el trabajo o trabaja para vivir.
En otras palabras, la vida no tiene sentido si no se definen sus propósitos. Responder a las cuestiones que nos inquietan, se trata de elegir qué cosas definen el sentido de la vida.
La fuerza motivadora más significativa es aquella que conecta con la esencia propia
Buscar aquellas cosas que nos gusta, que inquieten, aquello que más nos satisface. A través de las respuestas a esas preguntas se puede iniciar un aprendizaje por propia cuenta.
Motivación que haga que salgan las fuerzas para actuar. Luchar por conseguir esas metas y objetivos.
La fuerza motivadora más significativa es aquella que conecta con la esencia propia, la que define los motivos por los que se vive definidos por objetivos.
Decir que se necesita a alguien que nos fuerce a estudiar, es como necesitar a alguien que nos fuerce a vivir. Es uno mismo quien tiene que definir los motivos que dan sentido a la vida propia.
Fuente: INED 21