Dentro de nuestra cultura visual, al menos en éste lado del Atlántico, el color rojo y amarillo predisponen para un estado de alerta o peligro.
Lo mismo pasa en el fútbol. Cuando a un jugador se le muestra una tarjeta amarilla, tiene que estar pendiente de no cometer más infracciones.
Si llegara a acumular dos tarjetas del mismo color, automáticamente será expulsado no sin antes mostrarle una tarjeta roja.
La tarjeta roja puede ser mostrada mediante el proceso anterior, pero también de forma directa. Esto sucede cuando una falta es grave o rompe alguna regla del código disciplinario.
Dentro de nuestra cultura gráfica el color rojo y amarillo predisponen para un estado de alerta o peligro.
A pesar de que casi todos conocen la práctica de las tarjetas, muy pocos sabemos del origen de esta norma. Para eso tenemos algunos antecedentes que pueden ayudar a entender su origen.
Dicho sea lo anterior, en Inglaterra, donde el deporte siempre ha sido parte importante de los planes de estudios en la educación básica, los profesores hacen las veces de árbitros.
Tal es el caso de Kenneth George Aston. Con 20 años recién cumplidos era un novel en el mundo de la enseñanza. Tras hacerse cargo de un partido de fútbol en Essex en 1935, optó por convertirse en árbitro.
Ya en la década de los años 60, Aston era uno de los principales árbitros de Inglaterra. Su trabajo arbitral era impecable lo que lo llevó a pitar el partido inaugural del mundial de 1962 entre el país sede, Chile, y Suiza.
La actuación del arbitro en ese partido, con victoria para Chile de 3-1, impresionó a la FIFA. El máximo organismo rector del fútbol mundial decidió que Aston pitara el partido entre Chile e Italia.
El partido entre Chile e Italia pintaba para ser una verdadera “guerra” y fue nombrada como “la batalla de Santiago”
Ese partido pintaba para ser una verdadera “guerra”. Nombrada como la batalla de Santiago, porque previamente medios de comunicación chilenos criticaron de forma abierta a periodistas italianos.
Tal situación se suscitó porque anteriormente los periodistas italianos publicaron artículos en donde ponían en tela de juicio tanto la belleza como la moral de las mujeres chilenas. Así que en el juego, daba la impresión que estaba más en juego el honor que el fútbol.
Y como había sido previsto, todo lo malo se confirmo. La policía tuvo que entrar al terreno de juego, en auxilio de Aston, para reestablecer el orden. Al final, dos jugadores italianos fueron expulsados y un gran número de intervenciones del árbitro ante peleas en el campo.
Después de pitar la final de la FA Cup en 1963, Aston se retiró y tres años más tarde la FIFA lo invitó a unirse a su Comité de Árbitros, el cual presidió durante años. Ya en ese puesto, la historia se encargaría de involucrarlo en otro de los momentos más controversiales para los mundiales.
En el mundial de Inglaterra en 1966 el anfitrión se enfrentó a Argentina en los cuartos de final en Wembley. En ese duelo, el arbitro alemán expulsó al capitán argentino Rattín.
A causa del idioma, Rattín se quedó un rato más en la cancha porque no entendió que había sido expulsado
La expulsión fue consecuencia de una discusión airada, entre el argentino y el alemán, que fue incrementando su intensidad. El enfado del capitán albiceleste se dio porque hubo una falta contra su equipo. A causa del idioma, Rattín se quedó un rato más en la cancha porque no entendió que había sido expulsado.
Allí se perdieron más de ocho minutos y Aston tuvo que usar toda su diplomacia para calmar al capitán argentino tras su expulsión.
Esa falta de comunicación derivada de la barrera idiomática, así como problemas de lenguaje corporal, llevó a la FIFA a innovar para no tener que padecer más esas interrupciones.
Las tarjetas roja y amarilla primero fueron utilizadas en el mundial de México 1970
Volviendo a Aston, y como jefe de árbitros, comenzó a idear formas para no volver a pasar esos problemas. Él explica:
“Mientras conducía por Kensington High Street, el semáforo se puso en rojo. Y entonces pensé: ‘Amarillo, tómalo con calma, rojo, quieto, estás fuera’”
Así nacieron las tarjetas roja y amarilla.
Cabe señalar que primero fueron utilizadas en el mundial de 1970, con sede en México. Desde entonces se han convertido en un símbolo del balompié.
Ahora todas las partes implicadas en el juego saben que, si el arbitro se mete la mano en el bolsillo, jugadores, entrenador, recoge balones y la multitud pueden ser expulsados del terreno de juego.
Fuente: FIFA