Cuando nuestra salud se ve interrumpida por un resfriado o gripe resulta ser algo muy incómodo. Mantener el ritmo del día en esas condiciones se vuelve un suplicio. Sin embargo, alguna vez nos hemos preguntado si es buena idea continuar con la rutina de ejercicio que tenemos en esas circunstancias.
No hay una respuesta que se aplique para todos los casos, pero los médicos recomiendan seguir una norma sencilla para saber si es conveniente o no.
El cuello como frontera de los síntomas
Es importante resaltar que hacer ejercicio en medio de un resfriado no es malo. Debemos percatarnos si los síntomas que presentamos son por arriba o por debajo del cuello.
Pero es necesario señalar que el cuerpo tiene energías mermadas porque está combatiendo una enfermedad. Por eso mismo no puede rendir del todo.
Practicar ejercicio en el transcurso de estas enfermedades puede presentar una sensación de alivio. A través de éste, las vías respiratorias superiores se descongestionan. El resfriado por encima del cuello es el que permite continuar con la actividad física.
Caso contrario sucede con los síntomas por debajo del cuello. Cuando hay fiebre, problemas estomacales, pulmones congestionados o dificultad para respirar no es recomendable seguir con el ejercicio.
En esos casos es mejor guardar reposo y esperar que los síntomas disminuyan.
Cuando hay síntomas de resfriado o gripe, hay ejercicios que se recomiendan por sobre otros. Aunque todo depende de las sensaciones en general.
Como los resfriados disminuyen la energía y rendimiento, una rutina exhaustiva no es recomendable y no ayuda a expulsar el virus. Al contrario, agotará más y provocará más malestar.
Ejercicios moderados como caminar, hacer yoga o danza son los más recomendables. Además de las rutinas pesadas en el gimnasio, hay otros ejercicios que provocan malestares serios.
Tras correr de forma intensa, por ejemplo, por un lapso de 90 minutos o más, el sistema inmune se ve afectado por un periodo de 24 horas. Así, el resfriado durará más dentro del sistema.
Siempre es bueno recordar que es mejor prevenir que curar. En ese sentido, practicar ejercicio de forma regular es una de las mejores formas de evitar enfermedades.
No se trata de un remedio infalible, pero el ejercicio ayuda a mantener al sistema inmune alerta y funcionando.
Fuente: Mayo Clinic