“La belleza comienza en el momento en el que decides ser tú misma.” (Coco Chanel)

El cambio climático está afectando la salud y bienestar de las personas, según la organización mundial de la salud el cambio climático es la mayor amenaza para la salud mundial del siglo XXI.

Algunos piensan que el cambio climático es solo un problema para las generaciones futuras, pero la realidad es que ya esta sucediendo y las personas se ven afectadas por desastres, enfermedades sensibles al clima y otras condiciones de salud.

El aumento de la temperatura podría incrementar la prevalencia de algunas patologías cutáneas (enfermedades de la piel), piel sensible y una mayor xerosis cutánea (piel seca) por disminución de la humedad relativa.

Otro aspecto para considerar es que las alteraciones de la función de la barrera cutánea aumentaran la gravedad y prevalencia de la dermatitis atópica; y la mayor proporción de radiación UVB que alcanza la superficie terrestre, unida a los hábitos poblacionales de aumento de foto exposición, junto con una foto protección incorrecta hacen esperables mayores tasas de cáncer cutáneo y de foto envejecimiento.

Para comenzar los cuidados de la piel se debe identificar el tipo de temperatura a la que estaremos expuestos; para las temperaturas frías y niveles de humedad bajos las afectaciones en la piel son piel reseca y tirantez por la falta de humedad en el ambiente.; esto puede provocar picor e irritación, así como descamación o enrojecimiento.

Además, el frio puede empeorar las afecciones cutáneas ya existentes, como el eccema o la psoriasis. Para evitarlo es importante mantener la piel hidratada con cremas hidratantes más ricas y emolientes, considerando la incorporación de aceites faciales o bálsamos oclusivos para fortalecer la barrera cutánea y combatir la sequedad, así como llevar ropa protectora cuando se está al aire libre en invierno.

Cuando nuestra piel está expuesta a temperaturas calurosas y niveles de humedad más elevados, la piel puede desarrollar ciertas enfermedades, debido a que la sudoración no es suficiente para regular la temperatura corporal, esto puede provocar agotamiento, calambres y erupciones cutáneas.

La recomendación para reducir los riesgos de estos padecimientos es beber suficiente agua para evitar la deshidratación, así como limitar la exposición al sol y al calor.

Se recomienda usar productos que no obstruyan los poros y controlen el exceso de grasa, como cremas hidratantes ligeras y libres de aceites, junto con una exfoliación suave para prevenir brotes.

Es por todo esto que nuestra primera recomendación es asistir con un dermatólogo para un tratamiento específico al tipo de piel y las necesidades de cada uno. En segundo lugar, les daremos algunas recomendaciones generales para cuidar mejor de su piel.

  1. Limpiar la piel dos veces al día con agua tibia es necesario secar la piel con pequeños toques para no provocar enrojecimiento.
  2. Es esencial utilizar un jabón neutro que no sea agresivo con nuestra piel y que no la reseque.
  3. Usar productos hidratantes de buena calidad de acuerdo con tu tipo de piel, cada día para mantenerla piel sana.
  4. Usar protección solar durante todo el año, especialmente cuando hace calor. Usar un protector solar con un FPS de al menos 15 o superior y aplica cada dos horas.
  5. Elegir productos para el cuidado de la piel que contengan antioxidantes como vitamina C, vitamina E, extracto de té verde o resveratrol. Son componentes que ayudan a neutralizar los radicales libres generados por el estrés ambiental y combaten los signos del envejecimiento prematuro.
  6. Evitar la exfoliación en exceso para no maltratar la barrera cutánea y tampoco sobrecargue su piel con productos pesados ya que pueden obstruir los puros.
  7. Se debe beber entre 1,5 y 2 litros de agua para fortalecer las células de la piel.
  8. El alcohol y el tabaco favorecen la deshidratación de la piel; por ello es mejor evitarlos.