Empezando por aclarar el termino de inversión, hacemos referencia a la actividad en la que usas tus ahorros en algún instrumento o proyecto con la meta de obtener un beneficio o rendimiento en el futuro.
Las inversiones suponen un costo de oportunidad, puesto que los recursos que inviertas no los tendrás disponibles en el presente para ocuparlos en otra cosa al mismo tiempo.
Para maximizar los resultados deberás usar el dinero para aquello que te entregue una mejor devolución de beneficios. Además, en todas las operaciones debes considerar un componente de riesgo, pues una inversión podría no resultar como esperas, por lo que debes estar preparado para diversos factores.
Las inversiones deben ser comparadas con tres factores en mente: el riesgo, el rendimiento y el plazo que duran. Idealmente una inversión debe tener muy bajo riesgo, un gran rendimiento y durar un tiempo razonable, pero lo cierto es que es complicado encontrar inversiones ideales y, por ello, debes aprender a invertir.
¿Cómo hacer una inversión?
Las inversiones son actos racionales, es decir, implican varios procesos en los que tienes que hacer un análisis y posteriormente tomar una decisión. Debes buscar obtener el máximo rendimiento, el riesgo más bajo y el menor tiempo posible para conseguir ganancias. Si bien la inversión perfecta no existe, lo ideal es que busques un buen balance entre esas tres variables.
Al conocer la meta de obtener más rendimiento, menos riesgo y un horizonte acotado de tiempo, deberás estudiar las alternativas que tienes para alcanzarla y luego elegir la opción más adecuada para tus necesidades.
El riesgo es inherente a la inversión, no existe inversión sin riesgo. Pero no invertir también tiene riesgo. Por baja que sea la inflación, lo habitual es que tu dinero vaya perdiendo valor a lo largo del tiempo si lo dejas estático.
Algunas posibilidades de inversión:
- Depósitos bancarios.
- Fondos de inversión.
- Mercado inmobiliario.
- Acciones.
Es normal preguntarse en qué invertir ese dinero que has habilitado para probar posibles vías de negocio rentables, pero no investigar lo suficiente para determinar si vamos a seguir un camino rentable es lo que hace a esas personas fracasar.
Lograr la independencia financiera, esa que nos permitirá vivir de los recursos que generan nuestras inversiones sin necesidad de trabajar, es el objetivo, y ahorrar es solo el primer paso. Lo que sigue es “perder el miedo a invertir y dejar atrás el mito de que se necesita mucho dinero para hacerlo”.
El punto de partida es la meta, ¿para qué quieres ese dinero?