En los años 1970’s los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers, ambos desconocidos en ese entonces, colaboraron y erigieron uno de los edificios más famosos y radicales de nuestro tiempo, el centro George Pompidou.

El centro cultural en París, Francia convierte nuestro mundo en un mundo al revés, literalmente. Todo comenzó con Georges Pompidou, presidente de Francia entre 1969 y 1974, que quería construir un centro cultural en París que atrajera a visitantes y que fuera un monumento en la ciudad.

Para elegir a los arquitectos para este proyecto, el presidente convocó un concurso, participando incluso algunos de los arquitectos más famosos de Francia en ese momento. Sin embargo, el diseño de unos arquitectos desconocidos, Renzo Piano y Richard Rogers, ganó el concurso. Su propuesta ejemplificaba el constructivismo y un moderno centro cultural con alta tecnología (high-tech), estructurado con un sistema de ménsulas (gerberettes) y cerchas, diferente a todo lo visto en el mundo de la arquitectura hasta ese entonces.

El edificio del Centro Pompidou es uno de los más extravagantes de París debido a los conductos de aire, tuberías, ascensores y escaleras mecánicas pintadas de colores que se encuentran situados en el exterior del edificio.

Su aspecto es tan peculiar que bien merece una visita, tanto si les gusta el arte moderno, para disfrutar de sus colecciones, como si no les gusta demasiado y prefieren verlo desde el exterior.

Inaugurado en 1977 en uno de los barrios más antiguos de la ciudad, el Centro Pompidou fue una obra pionera de la arquitectura contemporánea, capaz de crear un gran contraste con el gris paisaje urbano de la zona gracias a los tubos de colores situados en el exterior del edificio.

Además del Museo Nacional de Arte Moderno, el Centro Pompidou alberga un centro de investigación musical y acústica y una biblioteca pública.

El Centro Georges Pompidou alberga una de las mejores colecciones de arte moderno y contemporáneo del mundo, comparable con la del MoMA de Nueva York o la del Tate Modern de Londres.

El edificio está dividido en seis plantas de 7.500 metros cuadrados cada una, de las cuáles la cuarta y la quinta acogen las exposiciones permanentes del Museo Nacional de Arte Moderno.

En la planta cuarta es posible realizar un recorrido a través de las obras contemporáneas realizadas desde 1960 hasta la actualidad, entre las que abundan los trabajos minimalistas y conceptuales.

La quinta planta está dedicada al arte moderno, desde comienzos del siglo XX hasta 1960, destacando especialmente los trabajos de Matisse, Picasso, Kandinsky o Miró.

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