En este artículo aprenderemos más sobre el liderazgo organizacional.

Visión, pasión, constancia y permanecer siempre en continuo proceso de aprendizaje es lo que diferencia a un auténtico líder del resto de directivos.

Convertirte en un líder ejemplar, o detectar a los directivos de tu organización que son auténticos líderes, no es tarea fácil. En muchas ocasiones se tiende a identificar como un dirigente a alguien que sabe gestionar a su equipo de forma eficiente y consigue resultados.

Aunque estas dos capacidades son propias del liderazgo, la tarea de un líder va mucho más allá: es tanto el arquitecto como el planificador de la visión de la organización, algo muy distinto de un manager, que es quien difunde e implementa esta visión y la convierte en un proceso y serie de tareas.

Por lo tanto, el liderazgo lejos de ser una virtud es un don el cual no solamente sé es consiente de tenerlo, se debe trabajar día con día para ser mejores. La capacidad del líder no es enjuiciar a sus encargados, regañarles o hacerlos valer menos.

El líder sabe buscar las virtudes de cada persona haciendo que den su máximo potencial y sobre todo impulsándolas para convertirse en mejores profesionales.

Lograr ser un líder de éxito requiere, por tanto, del desarrollo de una serie de habilidades esenciales que lo convierten en un guía excepcional para las personas de su entorno, algunas cualidades son las siguientes: visión, compromiso, comunicación, motivación y confianza.

Además de todas estas cualidades, y particularmente hoy en día, un buen líder debe ser capaz de dirigir a sus equipos en entornos turbulentos, complejos, cambiantes y desconocidos. Esta volatilidad exige re-aprender constantemente y crear una cultura de aprendizaje en la organización que ayude a evolucionar a sus empleados de la manera más eficaz.

Las cualidades anteriormente mencionadas pueden ser cambiantes para ciertos lideres, el compromiso es una cualidad muy propia la cual, lideres pueden optar por la objetividad ya que son conceptos que uno los desarrollar al igual que las virtudes que uno tenga en nuestra persona.

Regresando al ejemplo de la objetividad, dicho líder es directo y no co-relaciona los sentimientos con el objetivo o meta a cumplir. Sin en cambio, hay lideres muy fraternales los cuales optan tener una relación más directa y personal con sus encargados.

Estos principios sin resultar redundante son propios y esta en nosotros ocupar los que mas se adapten a las necesidades de nuestros objetivos y metas. Recuerda un buen líder siempre escucha a los demás y no necesita ser intimidante para hacer valer su posición.

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