El fracaso escolar puede verse desde varios puntos de vista. Sin embargo, hasta ahora la única forma en que se mide es a través de las calificaciones de los alumnos. Tal vez esa metodología de calculo deba ser revisada, pero ese es otro tema.
Aunque sus origines pueden ser diversos, y cada caso particular merece atención personalizada, hay constantes que se repiten. Uno de ellos es el problema de aprendizaje.
“Hasta ahora, la única forma en que se mide el fracaso escolar es a través de las calificaciones de los alumnos”
Un síntoma claro de esta situación puede ser cuando un alumno no avanza al mismo ritmo que los demás. La dificultad para la comprensión de lectura o de los cálculos matemáticos también es son indicios.
Una buena planificación de tiempo y recursos, junto al apoyo familiar, serán grandes aliados para superar esa contrariedad. Lo importante es no perder la motivación.
Otro problema directamente relacionado es convertir al estudio en un hábito desagradable. Ver a las tareas de la enseñanza como un castigo es una mala práctica.
Hay que entender que no todos los alumnos rinden de la misma manera. Deben buscarse maneras para disfrutar las actividades escolares.
El apoyo por parte de compañeros y profesores es fundamental para evitar el fracaso educativo. La carencia de éste también puede ser un serio desmotivante y generador de la deserción escolar.
Afortunadamente, la educación en la actualidad se ha diversificado para ofrecer opciones viables de acuerdo con las circunstancias de cada alumno. La educación en línea puede ser una solución ideal.
“No todos los alumnos rinden de la misma manera”
La educación en línea ofrece diversas ventajas. Por ejemplo, dado que las plataformas son permanentes, se pueden consultar cada que se requiera. Esta característica permite no desatender otras actividades.
Es importante detectar las áreas de oportunidad, buscar prácticas y, lo más importante, adecuarlas a las necesidades para sacar el máximo provecho posible.
FUENTE: Cosas de Educación