Luego de una larga espera llega a carteleras Lady Bird, una de las cintas nominadas a la próxima entrega del Oscar. Consiguió fama no sólo por ser el debut de la actriz Greta Gerwig. También por haber roto el récord de la película mejor rankeada en la historia de la popular página Rotten Tomatoes.

La cinta nos cuenta el último año de colegio de una adolescente que se hace llamar “Lady Bird”. Ambientada a principios del siglo XXI, este es un delicado relato sobre el angustioso proceso de crecer cuando piensas que lo sabes todo.

Saoirse Ronan

La virtuosa actriz irlandesa Saoirse Ronan interpreta a una inteligente y precoz estudiante de un colegio católico en Sacramento, California. Está en su último año de colegio y, junto con su neurótica madre (Laurie Metcalf), tratan de encontrar la mejor universidad.

Además de buscar un futuro adecuado a su personalidad y su hartazgo del pequeño poblado en el que vive, Lady Bird debe enfrentarse a su primera decepción amorosa, su primera experiencia sexual y demás conflictos existenciales tan comunes a esa edad.

La premisa inicial podría parecer ordinaria. Sin embargo,  Gerwig utiliza todos esos recursos aparentemente gastados para entregar una narración con mucha más sustancia de la que se podría esperar. Un guión inteligente que otorga cuestionamientos profundos aderezados con una elegante comedia. Todo esto acompañado de actuaciones naturales y poderosas.

La película está llena de secuencias memorables y complejas en su centro emocional. Cada momento está hecho para tocar el corazón sin caer en cursilerías ni sentimentalismos. Por el contrario, el espectador se encuentra en constante conflicto con las actitudes y decisiones de los personajes. Esto solo vuelve al relato no sólo más empático para con el público sino una obra de valor humano incalculable.

Justo cuando uno cree que al género de cintas indie con estética hipster y temáticas de jóvenes inadaptados poco se le puede innovar llega esta cinta que es difícil no amar. Es cálida, graciosa, inteligente y sensible con actuaciones inolvidables. Gerwig hace un trabajo con pocas pretensiones pero con mucho corazón que consigue llegar al nivel de obra maestra.